No puedo culparte,
Tú me advertías
Y yo no quería escucharte,
Me decías “cierra los ojos del alma
Porque voy a besarte”
Y yo los abría
Para contemplarte.
No, no puedo culparte
Tú me advertías
Y yo no quería escucharte
Me decías “calla,
Las palabras se las lleva el viento”
Y de mis labios florecía un te quiero
Que se estampaba contra el silencio
De un fingido sueño.
Tú me advertías
Y yo no quería escucharte,
Me decías “cierra los ojos del alma
Porque voy a besarte”
Y yo los abría
Para contemplarte.
No, no puedo culparte
Tú me advertías
Y yo no quería escucharte
Me decías “calla,
Las palabras se las lleva el viento”
Y de mis labios florecía un te quiero
Que se estampaba contra el silencio
De un fingido sueño.
No, no puedo culparte
Tú me advertías
Y yo no quería escucharte
Me decías “ soy una estrella,
Que no te ciegue mi póstuma luz”
Y yo me guié por esa estrella
Para recorrer el camino de tu ausencia.
Tú me advertías
Y yo no quería escucharte
Me decías “ soy una estrella,
Que no te ciegue mi póstuma luz”
Y yo me guié por esa estrella
Para recorrer el camino de tu ausencia.
Pero quien iba a imaginar
Entre caricias que hablaban sin voz
Besos que calmaban la sed,
Y miradas que se fundían
En la pasión
Que aquello no era amor…
Quien… quien lo iba a imaginar,
Quizás cualquiera, cualquiera menos yo.
Entre caricias que hablaban sin voz
Besos que calmaban la sed,
Y miradas que se fundían
En la pasión
Que aquello no era amor…
Quien… quien lo iba a imaginar,
Quizás cualquiera, cualquiera menos yo.
© Rubén Suárez Valverde
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