Cae
la tarde,
La
buhardilla s un caprichoso
Manojo
de sombras.
Siempre
son las mismas.
Por
un resquicio del silencio
Penetra
la risa de un pájaro
Apoyado
en la ventana.
Otros
pájaros preñados de historias
Dibujan
el cielo.
Como
el niño que dibuja el paso del tiempo.
El
cielo se oxida por momentos,
Como
el otoño,
Como
el cuerpo de ese viudo
Que
llora lo que fue
Y
celebra lo que viene:
La
noche eterna.
La
estantería apenas sostiene
El
peso de un deseo impalpable,
Atesoro
ruinas en cada rincón
Como
si de ellas construyera un templo
En
donde ofrecer el sacrificio
De
una vida que ya no es ,
De
una vida que nos reclama
Cuando
deja de ser vida
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