
La lluvia facial de ayer
mojó todos mis pensamientos,
inundando muchos recuerdos
de los cuales si me arrepiento.
Pero quizás no me avergüencen
pues con el corazón lo hice,
y por quererte no lo dije
así mi amor, no lo sufrieras.
Pensé que mejor lo sufro yo
a que lo sufriéramos los dos,
aunque somos un gran equipo,
al que le falló un gran jugador.
Ese jugador fue servidor.
que perdón pide desde aquí
por no completar la promesa,
que en el tajo se quedó presa.
Y perdóname también
por ese “caminar de puntillas”,
para que no oigas ningún ruido
pues ya no tendré otro descuido.