NOCHE POÉTICA

NOCHE POÉTICA

POESÍA
La poesía es tan solo otro camino
distinto hacía la temida muerte.
La poesía es el placentero orgasmo
del corazón y sus sentimientos.
Y yo un lujurioso peregrino
que camina errante entre los versos.

R.S.V.



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lunes, 10 de septiembre de 2018

QUIERO OFRECERTE MI VIDA

QUIERO OFRECERTE MI VIDA
Cabe el más inmenso amor
En apenas unos versos,
O en el olor de una carta
Y sin embargo mi pecho
Rebosa de tanto amor,
Pues es tanto lo que siento
Que lo demás ya no importa
Y el mundo se hace pequeño
Y al mismo tiempo tan grande,
Que acurrucado en tu pecho
Sería grande la distancia
Y a tu lado estaría lejos,
Pues quiero hundirme en tu piel
Para latir en tu centro
Porque desde que te vi
Vivo en un eterno sueño.
Quien diría que aquella noche
De mayo, sería el comienzo
Y que unos años después
Nos daríamos el – Si quiero-
Me acuerdo de aquella noche,
De tu voz entre el silencio,
De tu mirada algo tímida
Y de nuestro primer beso.
Allí estábamos tú y yo
Bajo el estrellado cielo,
Diciendo con la mirada
Lo que brotaba del pecho
Y juro que eres un ángel
Que se ha escapado del cielo,
Que eres la mujer más bella
Que existe en el universo,
Que tus ojos son mi luz
Y que en el mundo no encuentro
Un tesoro más valioso
Que el que guardas en tu pecho,
Que te amaré con la vida,
Con mi sangre, con mi aliento,
Con mi fuerza cada día
Hasta que me lleve el cielo,
E incluso allí te amaré
Porque este amor es eterno,
Y porque una vida es poco
Para el amor que te debo.
Que estoy en deuda con mi suerte
Por anidar en tu pecho,
Si bien sabe Dios que te amo
Yo sé que no te merezco.
Dulce pastora de estrellas,
Sueño de mi sueños,
Chica de los girasoles
Y princesa de mi cuento:
No tiene el amor barreras
Cuando el amor es sincero,
Vencimos a la distancia
Siempre con ganas de vernos,
Noches ante la pantalla
Anhelando tu regreso,
Cuando se ama de verdad
No hay kilómetros por medio.
Y si de algo estoy seguro
Es que aunque pase el tiempo
Siempre te voy a querer
Estés cerca o estés lejos,
Porque juntos somos uno
Aun siendo polos opuestos,
Porque eres mi otra mitad
Y sin ti no estoy completo.
También porque sin ti el mundo
no me gusta y no lo entiendo
Y me hace falta tu amor
Para descubrir que es bello.
Todo lo mejor de mí
Te lo entrego en cada beso
Y aunque no se pueda ver,
Eso se siente por dentro.
Tuya es la luz de mis ojos,
Donde atesoro tus besos,
Y tuyo es mi corazón
Donde anclan nuestros recuerdos.
Tuya es la luz de mis ojos
Y la plenitud de mi pecho.
Tuya es la voz que desboca
Cada rincón de mi cuerpo.
Que es tu pelo mi bandera
Son tus besos mi sustento,
Y son mis pasos tus huellas
Porque mi destino es el nuestro.
Y perdóname si lloro
Escribiéndote estos versos,
Porque los dictan mis lágrimas
Aunque lo escriban mis dedos.
Quiero ofrecerte mi vida,
Sea tuyo mi último aliento,
Quiero ser tu refugio,
Tu alegría y tu consuelo
Para consolar sus penas
Y afrontar todos tus miedos.
¡Oh, qué bello es el amor
Y qué curioso su efecto!
Vivir siempre en primavera
A pesar del crudo invierno,
Tener como única patria
Los rincones de tu cuerpo,
Ver en el caos terrenal
Solo lo bello y lo tierno,
Evocar la valentía
Cuando me acechan mis miedos,
Creer que no coge mi dicha
En el inmenso universo,
Tener los pies en la tierra
Y la cabeza en el cielo
Y el cielo en el corazón
Donde llevo tu recuerdo.
Sean tus lágrimas mis lágrimas
Y sea tu risa mi aliento.
Quiero hacerte feliz,
Cumplir juntos nuestros sueños
Y cogidos de la mano
Vencer juntos nuestros miedos.
Quiero extinguirme en tus labios
Y balancearme en tu pecho,
Y renacer en tu risa
Para enredarme en tu pelo.
Quiero ser tu amanecer
Y la llama de tu pecho
Que avivaré cada día
Con este amor tan inmenso.
Quiero dedicarte mi vida
Y esculpir nuevos recuerdos,
Permanecer siempre juntos
Aferrados en el tiempo.
Crear nuestra propia familia
Sea el amor nuestros cimientos,
Ver crecer a nuestros hijos
Y también a nuestros nietos.
Que no me pesa el tiempo
Si juntos envejecemos
Pues según pasan los días
Este amor es más intenso.
Y con el alma en los labios
Termino con estos versos,
Quiero ofrecerte mi vida,
Fátima, porque te quiero.
© Rubén Suárez Valverde