NOCHE POÉTICA

NOCHE POÉTICA

POESÍA
La poesía es tan solo otro camino
distinto hacía la temida muerte.
La poesía es el placentero orgasmo
del corazón y sus sentimientos.
Y yo un lujurioso peregrino
que camina errante entre los versos.

R.S.V.



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miércoles, 28 de agosto de 2019

La ranchera del borracho (adolorido)

Espero el día de mi muerte
que morir es igual que verte
si alcanzarte a besar.
Volverás flaquita linda,
pues no hay mujer que prescinda
de un macho que sabe amar.
Y dices que no me quieres,
que trasnocho con mujeres
y ando borracho en el bar.
Pues desprecias mis halagos.
son mi cura unos tragos
para poderte olvidar.
Y no hay bastantes tequilas
para olvidar tus pupilas
en este solitario bar.
Pero yo sé que me quieres
aunque orgullosa me hieres
solo por verme rogar.
Y aunque tu orgullo no quiera,
sé que el día que yo me muera,
¡Ay! me vendrás a llorar,
Y espero el día de mi muerte,
si por morir vuelvo a verte,
¡ay! moriría sin pesar.
Rubén Suárez Valverde

miércoles, 22 de mayo de 2019

CAE LA TARDE (a los que vendrán)


Cae la tarde,
La buhardilla s un caprichoso
Manojo de sombras.

Siempre son las mismas.

Por un resquicio del silencio
Penetra la risa de un pájaro
Apoyado en la ventana.

Otros pájaros preñados de historias
Dibujan el cielo.
Como el niño que dibuja el paso del tiempo.

El cielo se oxida por momentos,
Como el otoño,
Como el cuerpo de ese viudo
Que llora lo que fue
Y celebra lo que viene:
La noche eterna.

La estantería apenas sostiene
El peso de un deseo impalpable,
Atesoro ruinas en cada rincón
Como si de ellas construyera un templo
En donde ofrecer el sacrificio
De una vida que ya no es ,
De una vida que nos reclama
Cuando deja de ser vida

domingo, 27 de enero de 2019

LA LECTORA (soneto)


En el cómodo abrazo de un sillón
la tenue luz viste su desnudez,
y entre sombras, con cierta timidez,
se insinúan sus pechos bajo un mechón.



Transparente lencería de algodón
contrasta su sedosa palidez,
y abstraída en su risueña placidez,
se deja guiar por la imaginación

que desnuda sus deseos pervertidos,
donde la fantasía de cada aventura
se rinde sumisa en labios prohibidos.

Y así, excitada por la lectura,
lee hasta que caen sus párpados vencidos
en una expresión que evoca a la ternura.