NOCHE POÉTICA

NOCHE POÉTICA

POESÍA
La poesía es tan solo otro camino
distinto hacía la temida muerte.
La poesía es el placentero orgasmo
del corazón y sus sentimientos.
Y yo un lujurioso peregrino
que camina errante entre los versos.

R.S.V.



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viernes, 11 de noviembre de 2011

EL CHICO QUE NO MIRABA A LOS OJOS

El chico que no miraba a los ojos…
la razón de porque no los miraba
siempre será un misterioso secreto,
quizás lo hacía porque tenía temor
a que le pudiesen robar el alma
(que aunque era su más preciado tesoro
lo marchitaba con dosis de alcohol)
o por el rencor a la raza humana
de la que jodidamente era parte.

El chico que no miraba a los ojos
era lo que somos todos nosotros,
simplemente era un engranaje más
de la gran maquinaria universal
y pese a que estaba bien engrasado
no encajaba del todo bien en ella,
quizás porque no sabía su función
o quizás porque estaba mal construida.

El chico que no miraba a los ojos
llevaba la contraria a los demás
(lo hacía, pero siempre con argumentos)
quizás sólo por darse la razón,
o simplemente por necesidad
¿O era para conocerse mejor…?

El chico que no miraba a los ojos
se sentía muy cómodo en su tristeza,
empero angustiado en la soledad
porque allí somos realmente quien somos,
somos nosotros cuando estamos solos,
y eso le producía un poco de miedo
y hasta le resultaba peligroso,
de ahí que crease otra personalidad
para compensar su fragilidad.

El chico que no miraba a los ojos
tenía sus defectos y sus virtudes
y la mejor de sus pocas virtudes
era que siempre aceptó sus defectos
y el peor de sus conocidos defectos
era que no apreciaba sus virtudes,
así conseguía la sabiduría
y la sencillez respectivamente.

El chico que no miraba a los ojos
sabía que su incomprendida locura
sólo era la ignorancia de los cuerdos,
aquellos que tienen miedo al ridículo
y que aún en su cordura no comprenden

que el ridículo es una limitación
de nuestra muy preciada libertad,
por eso él siempre fue quien quiso ser
sin nunca tener miedo al qué dirán,
y nunca evitó la ridiculez
si esta conllevaba la libertad,
que siempre prefirió ser libre y loco
que ser cuerdo y esclavo de los demás.
Y después de esto ¿Quién está más loco?

El chico que no miraba a los ojos
se iba dando cuenta frente al espejo
de que con el transcurso de los días
se hacía irremediablemente más viejo
y de que valoraba sus poesías
¡Oh! Mucho más que su propio pellejo,
nunca se esforzaba en fortalecer
su cuerpo, pero sí y mucho su mente,
por eso la apreciaba mucho más.

El chico que no miraba a los ojos
tenía un pequeño lado femenino,
en realidad como todos los hombres,
y el de él siempre fue indiscutiblemente
la más oscura y precisa intuición
que lamentablemente confundía
con una absurda justificación
a su más errada impulsividad
con la que inútilmente pretendía
alterar el siempre eterno destino
y que tantas veces le encaminó
al más lamentado arrepentimiento
(luego se arrepentía de arrepentirse).

El chico que no miraba a los ojos
odiaba a la innecesaria mentira
tanto como temía a la cruel verdad,
o mismamente como temía al olvido,
aquel que fue tantas veces aliado
y en otras tantas veces enemigo.

El chico que no miraba a los ojos
siempre fue un incomprendido romántico,
( quizás sea porque el verdadero amor
se va ahogando en peligro de extinción,
¡Que se nos va el amor sin darnos cuenta!)
Un romántico oscuro de otras épocas
de esos de ramo de flores en mano,
de palabras infectadas de amor,
de versos muertos en el corazón,
de suspiros que regalaban su alma,
de dulces miradas, (sí de miradas)
que solamente miraba a los ojos
cuando este realmente se enamoraba.
Quizás aquí lo hacía en defensa propia
(¿Quién te puede dañar más que un amor?)
Para así descubrir y calibrar
lo que escondía el reverso de la piel
de quien en ese momento él amaba
¡Pues nuestra mirada enseña nuestra alma!

El amor que tanto necesitamos
se va ahogando en peligro de extinción,
el amor que como él ya aseguró
no es ciego pero produce ceguera,
sólo deja ver lo que ver queremos
y no vemos lo que ver nos da miedo.

El chico que no miraba a los ojos
se esforzaba en morir un poco más
¡Oh! cada día, cada hora, en cada verso…
y aunque el tiempo era su mejor aliado
él siempre le tuvo cierto temor
por asegurarle una muerte lenta.
Se esforzaba en morir un poco más
y de hecho conoció lo que es la muerte
(que nadie puede completar su vida
sin haber muerto al menos una vez)
y escuchó las psicofonías de su alma*
¿O quizás fueron las voces de Dios?
Eso jamás lo podremos saber,
siempre será un verso por descifrar,
(a pesar de que él sabía su secreto)
un verso que lo devolvió a la vida
y a su cuerpo, un osario hecho de piel
lleno de venas, de sangre y dolor
donde mantenía encarcelada el alma.
Se esforzaba en morir un poco más
y de hecho conoció lo que es la muerte,
la conoció, aunque fuese provocada
(muerte egoísta pero nunca cobarde)
por los influjos de una noche poética.

No faltó en ninguna de las esquinas
o calles, una lengua venenosa
que inventara una justificación,
decían que por asuntos personales,
otras decían que fue por un amor
y otras decían mil y una idiotez más,
ya que lo único que justificaba
a algo que fue tan injustificable
fue aquello que calló en su noche poética *
y no aquello que dijo entre sus versos,
que no fue por asuntos personales,
ni fue por el más bendecido amor,
tampoco lo fue por una mujer
sino por las latentes malas artes
de una mujer (arpía angelical)
a las que cualquier hombre está indefenso.

El chico que no miraba a los ojos
quizás este leyendo o escribiendo esto
y la razón de porque escribía (o escribo)
estos oscuros versos en pasado
es por que cuando lean ustedes esto
(como él aseguraba) podría estar
muerto, o lo que es aún peor, ser olvidado.
Esto podría ser una despedida
o una buena bienvenida al imperio
de aquellos que luchan por conocerse.

Ya se despide y muy afectuosamente
el chico que no miraba a los ojos.

*Se refiere un poema publicado en mi anterior libro que trata sobre el suicidio.
Tiene por nombre “psicofonías del alma”.

** Se refiere a su primer libro.

2 comentarios:

  1. YO NO MIRABA LOS OJOS POR TIMIDEZ por lo que ninguna chica se mosqueó cuando las miraba a los pechotes.

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  2. estimado rubén, soy francisco malvárez, sacanueces, no sabía cómo comunicarme y encontré este lugarcito
    bien, te agradecería que me envíes tu mail, el mío es: sacanueces@gmail.com
    es muy difícil comentar por esta vía
    gracias por pasar por mi blog y comentarme
    en el hay casi nada y muy poco cargo en internet
    mis textos en general estan asociados a los poetas malditos, de hecho que tengo una postura trágica frente a la vida
    sé también que escribo como el culo... cosa que ya no preocupa... total aún me quedan más de cien años para mejorar... no te parece?
    bueno, no te jodo más, te leí y quizás te de alguna opinión si es que te parece... sino, haré lo que se debe:... tienes una poesía muy bonita...(jajaja)
    un abrazo, francisco

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