El enemigo ha perdido la forma,
pero no las maneras.
Avanza imparable y no se conforma
ni distingue fronteras.
Se extiende sigiloso,sin piedad,
y en su lucha implacable
no distingue sexo, raza, ni edad,
cualquiera es vulnerable.
Pero si el mundo permanece unido,
si el mundo se conjura,
os prometo que no será vencido.
¡Todos somos la cura!
©Rubén Suárez Valverde
Autor de La inquietud de la sangre
y Alaridos de un poeta
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